
Querido Dios, mientras me dispongo a descansar, quiero meditar en estas palabras llenas de esperanza. Los milagros ocurren en el momento menos pensado, y confío en que Tú, en tu infinita sabiduría, tienes preparado algo maravilloso para mí.
A veces, en medio de las dificultades y los desafíos, puedo sentirme desesperado y desanimado. Sin embargo, me invitas a confiar en ti y en tus planes perfectos para mi vida.
Hoy, en este momento de silencio y paz, te entrego mis preocupaciones y temores. Ayúdame a soltar el control y a confiar en que estás obrando en mi vida de una manera especial y única.
Permíteme tener la fe y la paciencia para esperar en ti, sabiendo que tus tiempos son perfectos. Ayúdame a creer en la belleza que hay detrás de cada situación, incluso cuando no puedo verla en este momento.
Renuevo mi confianza en ti y en tus promesas. Sé que eres un Dios lleno de amor y bondad, y que siempre estás obrando para mi bienestar.
Así que, mientras me sumerjo en el sueño reparador, que estas palabras permanezcan en mi mente y en mi corazón. Que pueda dormir en paz, confiando plenamente en tu amor y en tus planes para mí.
Gracias, querido Dios, por escuchar esta oración y por el regalo de la fe. En tus manos confío mi vida y mis sueños. Amén.