Amado Dios, en este día tan especial y lleno de esperanza, te entrego con humildad y gratitud mi vida y la vida preciosa de mi familia, confiando en tu amor eterno y tu bondad infinita para que nos cuides, protejas y guíes en cada paso que damos. Te pido con todo mi corazón que bendigas abundantemente nuestros trabajos diarios, llenándolos de frutos prósperos y satisfactorios que nos permitan crecer y alcanzar nuestras metas con tu divina ayuda. Asimismo, te ruego que bendigas los alimentos que generosamente nos provees cada día, concediéndonos salud, nutrición y fortaleza para enfrentar los desafíos que se presenten en nuestro camino.
Con tu poderoso escudo de protección, líbranos siempre de las garras del enemigo, de todo mal y de las tentaciones que puedan apartarnos de tu camino de luz y verdad. Concede a nuestros corazones la sabiduría y la fortaleza necesarias para discernir entre lo que es correcto y lo que no lo es, para que podamos vivir en armonía contigo y con nuestros semejantes, reflejando tu amor y tu paz en cada acción y decisión que tomemos.
Te pido también, oh Dios compasivo, que alejes de nuestro entorno cualquier enfermedad física, mental o espiritual que intente dañarnos o separarnos de tu amoroso cuidado. Permítenos vivir en plenitud y abundancia, disfrutando de la vida que nos has regalado y compartiendo tu amor y tu gracia con aquellos que nos rodean.