Queridos hermanos y hermanas, en este momento de comunión, permitidme guiaros en una oración de agradecimiento hacia nuestro amado Dios. Abre tu corazón y escucha con atención.
Padre celestial, nos reunimos en tu presencia con humildad y gratitud, reconociendo tu amor incondicional que nos envuelve en cada instante. Hoy, elevamos nuestras voces en agradecimiento por la promesa que nos brinda el divino mensaje: «CONFÍA, en este día Dios dibujará en tus labios la mejor sonrisa y colmará tu vida de bendición, pues Él te ama y cuida de ti».
Oh Señor, en este día nos postramos ante Ti, conscientes de que en cada amanecer llevas consigo la promesa de nuevas alegrías y bendiciones. Confiando en tu gracia y amor, abrazamos la certeza de que, a pesar de las adversidades, hoy seremos testigos de la manifestación de tu cuidado y amor.
Te agradecemos, Dios misericordioso, por la promesa de una sonrisa que ilumina nuestros rostros. Que esta sonrisa refleje nuestra confianza en tu plan perfecto, en tu amor eterno que nos envuelve y en tu providencia que nunca nos abandona. Permítenos ser portadores de esa alegría divina a quienes nos rodean.
Dios fiel, reconocemos tu mano protectora que nos guía a lo largo de este día. Colma nuestras vidas con bendiciones incontables, aquellas que superan nuestras expectativas y que manifiestan tu bondad infinita. Que cada paso que demos esté alineado con tu voluntad, y que nuestras acciones reflejen la gratitud que sentimos en nuestros corazones.
En este momento de oración, sellamos nuestra confianza en ti, amado Señor. Que esta jornada sea un testimonio vivo de tu amor constante y tu fidelidad incomparable. Agradecemos por el regalo de tu presencia en nuestras vidas y por la seguridad que encontramos en tu amor eterno. Que así sea. Amén.