Amado Dios, en este momento de reflexión y gratitud, elevo mi corazón hacia Ti para darte gracias por este nuevo día que nos regalas. Reconozco tu bondad infinita al permitirme despertar y vivir este día con la esperanza y la confianza puestas en Ti. Te pido humildemente que extiendas tu mano de bendición sobre mi vida, sobre la vida de mi amada familia y sobre todos aquellos que están cerca de nosotros.
Que en este día y en todos los días que sigan, podamos experimentar tu presencia amorosa y tu guía sabia en cada paso que damos. Concede a nuestros corazones la paz que solo proviene de ti, y fortalécenos con tu gracia para enfrentar cualquier desafío que se presente en nuestro camino. Aparta de nosotros todo mal, oh Señor, y líbranos de cualquier peligro o tentación que pueda alejarnos de tu amor y de tu propósito para nuestras vidas.
Te confiamos nuestros sueños, anhelos y temores, sabiendo que en tus manos todo encuentra su perfecto lugar y tiempo. Que nuestras acciones sean guiadas por tu voluntad y nuestro amor por ti sea evidente en cada palabra que pronunciemos y en cada acto que realicemos. Permítenos ser instrumentos de tu paz, tu amor y tu misericordia en este mundo que tanto necesita de tu luz y tu bondad.
En medio de nuestras alegrías y preocupaciones, en nuestras risas y lágrimas, te reconocemos como nuestro refugio seguro y nuestro consuelo constante. Que este día sea testimonio vivo de tu poder transformador y de tu amor inagotable en nuestras vidas. Amén.