Dios misericordioso, en este nuevo amanecer nos regalas la bendición de la salud y la vida. Con profundo agradecimiento, te damos gracias por permitirnos despertar una vez más y disfrutar de este día que nos ofreces.

En tu infinita bondad, has cuidado de nuestra salud y nos has preservado hasta este momento. Reconocemos que cada latido de nuestro corazón es un regalo divino, y por ello te honramos y te alabamos.
Guiados por tu amor, te pedimos que nos fortalezcas para enfrentar cualquier desafío que este día nos depare. Que nuestra existencia sea un testimonio de tu gracia y tu amor, y que podamos compartir tu luz con aquellos que nos rodean.
Que este día sea una oportunidad para crecer en fe, esperanza y amor. Ayúdanos a ser instrumentos de tu paz y tu bondad en cada acción que realicemos. Que nuestra gratitud hacia ti se exprese en nuestras palabras y acciones, mostrando al mundo tu amor incondicional.
Dios bondadoso, encomendamos nuestras vidas y nuestro día a tu divina protección. Permítenos caminar en tu presencia y experimentar tu guía en cada paso que demos.
Con gratitud en nuestros corazones, te decimos: ¡Buenos días, Señor! Gracias por un día más de vida y por permitirnos vivirlo bajo tu amoroso cuidado. Amén.