Hoy es miércoles 11 de junio.

Me dispongo un día más a escuchar la palabra de Dios, a dejar que me ilumine y me conmueva. Quiero dejarme sorprender, si acaso esa palabra me descoloca o me propone una forma distinta de ver las cosas. Al comenzar la oración, pido al Señor acoger su palabra. Quiero comprender la lógica diferente que me ofrece su evangelio y quiero vivir en su verdad.
Quiero que esta oración haga mi vida más sencilla, más auténtica, más de Dios. La lectura de hoy es del Evangelio de Mateo. Jesús dijo a sus discípulos. No penséis que he venido a abolir la ley y los profetas. No he venido a abolir, sino a dar cumplimiento. Sí, os lo aseguro.
El cielo y la tierra pasarán antes que pase una I o una tilde de la ley sin que todo suceda. Por tanto, el que traspase uno de estos mandamientos más pequeños y así lo enseña a los hombres, será el más pequeño en el reino de los cielos. En cambio, el que que los observe y los enseñe, ese será grande en el reino de los cielos. Jesús nos trae algo nuevo.
En algún momento de la vida, todos hemos querido comenzar de nuevo, estar de otra manera con la familia o con los amigos, tener mejores relaciones en el trabajo, ayudar más y mejor a otros que lo necesitan y muchas veces preferimos olvidar el pasado. La tentación es creer que antes no había nada que mereciera la pena, y entonces puedo perder la memoria de tanto bueno como se me ha dado.
Jesús reconoce lo bueno en toda la historia de salvación. La ley y los profetas son buenos. Moisés y Jeremías son buenos. En mi vida, en mi historia, quizás haya pasos equivocados, decisiones erradas y nombres que me duelen. Pero hay también muchas cosas buenas, muchas personas buenas. muchos proyectos y propósitos buenos. Hay gente que me ha mostrado un camino que merece la pena seguir.
Por todas esas personas que han sido faros luminosos en mi vida, doy gracias a Dios. Al mismo tiempo que reivindica la ley, Jesús trae una novedad. El futuro es mejor. La ley se ha de cumplir o, dicho de otra manera, se ha de completar. Y el camino para ello no es otro que el amor.
amor que se convierte en cuidado, en preocupación, en virtud, en gesto, en palabra, en afecto. Ama y haz lo que debas. Jesús se presenta a sus discípulos como el que cumple con la ley y los profetas y me invita a mí a hacer lo mismo. Seguir a Jesús es cumplir con su oferta de vida.
Al escuchar de nuevo el evangelio, me pregunto, ¿Qué propuestas de las que Jesús me enseña me cuesta cumplir. Qué mandamiento, sé que es importante para mí, pero se me hace muy costoso. Jesús dijo a sus discípulos, «No penséis que he venido a abolir la ley y los profetas. No he venido a abolir, sino a dar cumplimiento.» Sí, os lo aseguro.
El cielo y la tierra pasarán antes que pase una I o una tilde de la ley sin que todo suceda. Por tanto, el que traspase uno de estos mandamientos más pequeños y así lo enseña a los hombres, será el más pequeño en el reino de los cielos. En cambio, el que los observe y los enseñe, ese será grande en el reino de los cielos.
Cara a cara con Dios le presento lo que me gusta de su reino y también lo que me cuesta o me duele. Le pido que en mi vida sea cada día capaz de transparentar su palabra y su su vida y le expreso mi deseo de vivir cumpliendo su proyecto. Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.