En medio de la complejidad y los misterios que rodean el plan que has dispuesto para mi vida, oh Dios, reconozco mi limitación para comprenderlo en su totalidad. Sin embargo, encuentro consuelo y fortaleza en la profunda certeza de que tus caminos trascienden mi comprensión humana. Aunque no vislumbre con claridad cada giro y cada desafío que me esperan, elijo confiar plenamente en tu guía amorosa.
Tú conoces los anhelos de mi corazón y las inquietudes de mi mente, y en esa confianza descanso, sabiendo que cada paso incierto que dé está en tus manos soberanas. Así que, a pesar de las incertidumbres, las dudas y las preocupaciones que puedan asomarse, sostengo mi fe en que cada capítulo de mi vida es parte de un plan mayor y que, al final del día, tu propósito prevalecerá, llevándome hacia un destino lleno de propósito y bendición.