Amado Dios,
Hoy, en este domingo que Tú has dispuesto para mí, quiero elevar mi voz hacia Ti en gratitud por otro día de vida que me brindas. Sé que en tu infinita misericordia, estás siempre presente, guiándome y protegiéndome en cada paso de mi camino.

Te pido, Señor, que en este día puedas aliviar mi corazón de cualquier preocupación o tristeza que lo aqueje. Con humildad, te ruego que me concedas la fortaleza necesaria para enfrentar los desafíos que la vida pueda presentar, que me llenes de valor para superar obstáculos y de sabiduría para tomar las decisiones adecuadas.
Encomiendo mi camino a tu guía divina, sabiendo que solo Tú puedes iluminar mi sendero. Permíteme sentir tu sublime bendición en cada paso que dé, en cada palabra que pronuncie y en cada gesto de amor que comparta con quienes me rodean.
Te confío mi vida y mi destino, porque sé que en tus manos todo es posible y que, bajo tu amparo, este domingo y todos los días por venir estarán llenos de tu gracia y bendición.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.