Amado Dios,
Hoy me acerco a Ti con un corazón alegre y agradecido por el regalo de un nuevo día de vida que me has concedido. Al despertar y contemplar la luz de la mañana, siento una profunda gratitud por tu amor inagotable y por las bendiciones que derramas sobre mí.
Reconozco, Señor, que este nuevo día está lleno de tu bendición. Tu amor y tu gracia me rodean constantemente, y sé que en tu presencia encuentro la paz y la fortaleza que necesito para enfrentar lo que venga.
Te agradezco por amarme incondicionalmente, por estar siempre a mi lado, y por guiarme a través de las alegrías y los desafíos de la vida. En este día, deseo honrarte con mi gratitud y mi alegría.
Te pido, Dios amado, que me ayudes a ser feliz. Permíteme encontrar la felicidad en las pequeñas cosas, en los momentos de conexión con los seres queridos, y en la belleza de tu creación que me rodea. Que mi corazón se llene de gratitud y alegría por la vida que Tú me has dado.
Que tu paz me acompañe en cada paso que dé hoy, Señor. Que encuentre tranquilidad en medio de las preocupaciones y que pueda ser un reflejo de tu amor y paz para aquellos que me rodean.
Finalmente, te agradezco por tu fortaleza que me sostiene en los momentos de debilidad. Que tu poder divino me guíe y me proteja en este nuevo día y en todos los días por venir.
Amado Dios, en esta sencilla plegaria, te entrego mi día y mi corazón. Te agradezco por tu amor eterno y por la bendición de un nuevo día. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.