Dios lleno de amor y compasión, en este lunes 28 de agosto, elevo mi voz en agradecimiento por el inmenso regalo de la vida y por el privilegio de iniciar una semana llena de posibilidades. Cada día que amanece es una oportunidad renovada para crecer, aprender y compartir mi luz con el mundo que me rodea. Te agradezco, Señor, por permitirme experimentar cada nuevo amanecer.
En este comienzo de semana, me postró ante ti con un corazón rebosante de gratitud. Gracias por las bendiciones que fluyen incesantemente de tus manos amorosas. Reconozco que cada logro, cada sonrisa y cada paso adelante son frutos de tu gracia que se derrama sobre mí.
En esta jornada que se presenta, te pido que me ilumines con tu sabiduría. Guíame por los caminos que trazas, ayúdame a discernir las decisiones correctas y a superar los desafíos que puedan surgir en mi camino. Fortaléceme con la valentía necesaria para enfrentar cualquier obstáculo, recordando siempre que contigo a mi lado, no hay situación imposible de superar.
En medio de mis quehaceres y ocupaciones, reconozco que mi vida está en tus manos. Gracias por tu cuidado constante, por escuchar mis oraciones y por estar siempre presente, aun cuando no te veo con mis ojos físicos. Confío en tu amor incondicional y en tus planes perfectos para mí.
Con humildad y gratitud, me inclino ante ti, Dios bondadoso, en este lunes. Gracias por ser mi guía, mi refugio y mi fortaleza. En tus manos dejo mis anhelos, mis temores y mis deseos. Que cada paso que dé en este día sea un testimonio de tu amor y gracia en mi vida.
Concluyo esta oración en el nombre de Jesús, quien nos enseñó a amar y a confiar en ti. Amén.