Padre Celestial,
En este momento de silenciosa reflexión, me inclino humildemente ante Ti, agradecido por el regalo inapreciable de un nuevo día. Sin artificios ni complicaciones, simplemente te doy gracias, Amado Dios, por las bendiciones con las que colmas mi vida y la vida de mi familia.
En este amanecer, contemplo las maravillas que nos rodean: la luz del sol que ilumina nuestro camino, el aire que llena nuestros pulmones, y la vida que fluye en cada latido de nuestro corazón. Estas son las señales tangibles de tu amor constante y tu gracia abundante.
Te agradezco, Señor, por las bendiciones que son evidentes y las que se esconden en lo cotidiano. Por la salud que nos permite levantarnos cada mañana, por los lazos familiares que nos unen en amor, por los momentos de alegría que iluminan nuestros días y por las lecciones aprendidas en los desafíos que nos fortalecen.
Hoy, en esta plegaria sencilla, te pido que tu luz nos guíe a cada instante de esta semana que comienza. Que tu presencia sea como un faro en nuestro camino, disipando las sombras de la incertidumbre y brindándonos claridad en medio de las decisiones que tomaremos.
Te ruego, Dios protector, que extiendas tu manto de seguridad sobre mi familia. Que tu mano poderosa nos resguarde de todo peligro visible e invisible. Que, en momentos de prueba, podamos sentir tu amor y consuelo, sabiendo que nunca caminamos solos.
Con humildad, te pido también por tu sabiduría. Que en cada elección y decisión, podamos discernir tu voluntad. Concede a nuestras mentes claridad para comprender los caminos que trazas para nosotros y la fuerza para seguirlos con valentía y fe.
En esta semana que se presenta ante nosotros, te suplico, Señor, que nos libres siempre de todo mal. Que tus ángeles nos custodien, que tu Espíritu Santo nos guíe y que tu amor nos rodee como un escudo protector. Permítenos vivir en tu paz, confiando en que estás a nuestro lado en cada paso del camino.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, elevo esta plegaria, confiando en tu amor eterno y en tu gracia que nos sostiene. Amén.