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Oración de hoy martes 15 de agosto.

En medio de la jornada de la vida, encuentro en mi corazón la profunda gratitud que fluye hacia el Creador. Gracias a Dios, mi existencia se desarrolla en un hermoso hogar que me brinda refugio y confort, un lugar donde los vínculos familiares se fortalecen y los recuerdos florecen. Cada día, me levanto sabiendo que tengo un techo sobre mi cabeza y paredes que resguardan los momentos compartidos con aquellos que amo.

La mesa que se alza en mi hogar no solo está cubierta de comida, sino también de la bendición de la abundancia. Agradezco a Dios por proporcionar sustento, por llenar mis días de aromas y sabores que nutren tanto el cuerpo como el alma. En medio de cada bocado, siento la presencia divina que nos cuida y nutre, recordándome que las pequeñas cosas en la vida son motivo de gratitud y asombro.

Caminar con zapatos que protegen mis pies es un recordatorio constante de la providencia de Dios. Sus bendiciones se manifiestan incluso en detalles aparentemente simples, como la sensación de la tierra bajo mis pies mientras avanzo por el sendero de la vida. Pero más allá de las comodidades materiales, lo que más agradezco es el amor incondicional que Dios derrama sobre mí y mi familia. Ese amor nos une, nos sostiene y nos guía, formando un lazo indeleble que llena cada día de significado y propósito.

En medio de este tapiz de bendiciones y amor divino, elevo mi voz en agradecimiento. ¡Por tus innumerables dones, te doy GRACIAS, Dios! Cada día es una oportunidad para reconocer tu presencia en mi vida y apreciar las maravillas que has tejido a mi alrededor. Con un corazón lleno de gratitud, enfrento cada día con la certeza de que, a pesar de los desafíos, siempre estoy rodeado de tu amor y cuidado. Amén.

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