Amado Dios, en este viernes me presento ante Ti con un corazón lleno de gratitud. Gracias por este nuevo día de vida, por cada aliento que respiro y por las bendiciones que con generosidad derramas sobre mí y mi familia.
Hoy, en especial, quiero que camines por mi hogar. Que tu luz inunde cada rincón, llevándose cualquier sombra de preocupación o tristeza. Te pido que lleves de nuestras vidas cualquier enfermedad, que sanes a los enfermos y fortalezcas a los débiles. Señor, extiende tu manto de protección sobre todos nosotros.
Bendice a mi familia, Dios mío, porque en ellos encuentro mi refugio y amor. Que cada uno de sus días esté lleno de tu paz y alegría. Cuida de mis amigos, que son un tesoro en mi vida, protégelos y llénalos de tu amor y luz.
Padre, líbranos siempre de todo mal y peligro. Permite que nuestros caminos estén guiados por tu sabiduría, que nuestras acciones sean justas y llenas de amor, y que, al cruzar nuestros destinos con los demás, podamos reflejar un poco de tu divina presencia.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.