Amado Dios, en esta mañana te entrego todo lo que tengo y todo lo que soy, mi corazón, mi alma, mi vida entera. Me postro ante Ti con humildad y gratitud, reconociendo que todo lo que tengo proviene de Ti.
Permite que en mi corazón brillen la paz, el bienestar y tu bendición, que sean la luz que guíe mi camino y el consuelo que calme mis temores. Que Tu paz que sobrepasa todo entendimiento sea mi refugio en momentos de turbación.
Por favor, sostenme en mi caminar, sé mi Roca y mi Salvador. Llévame de la mano en cada paso que dé, guíame por senderos de justicia y rectitud. Ayúdame a caminar en Tu verdad y Tu amor.
Que Tu presencia sea mi fortaleza y mi esperanza, que Tu amor sea mi guía y mi consuelo. Que en cada momento sienta Tu cercanía y Tu amor.
En cada paso que dé, en cada decisión que tome, en cada palabra que hable, que Tu voluntad sea hecha en mi vida.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.