AMADO DIOS, en este momento de comunión y confianza, elevo mi voz hacia Ti con un corazón lleno de fe y esperanza. Reconozco que Tú eres mi roca y mi refugio, y deposito en Ti toda mi confianza. Sé que Tú tienes un plan perfecto para mi vida, uno lleno de propósito y bendición, y por eso confío en cada paso que guías mis pasos en ese camino.
Aunque a veces la incertidumbre pueda nublar mi visión y las dificultades parezcan abrumadoras, no desespero, porque sé que Tú estás siempre a mi lado, obrando en silencio para mi bienestar. Confiando en tu amor y en tu sabiduría infinita, sé que todo saldrá bien, según tu plan perfecto.
Ayúdame, oh Dios misericordioso, a mantener la fe firme en los momentos de prueba y a recordar que en cada desafío hay una oportunidad para crecer y aprender. Que mi corazón esté siempre abierto a tu voluntad, y que tu paz que sobrepasa todo entendimiento llene mi ser, dándome la fuerza y la tranquilidad para seguir adelante.
Encomiendo mi vida y mis sueños en tus manos amorosas, sabiendo que Tú eres el único que puede llevarme hacia mi verdadero propósito. Que tu luz divina ilumine mi camino y que tu amor infinito me sostenga en todo momento.
Responde AMÉN si tú confías y sabes que este será un gran día.