Dios amado, al despertar en la frescura de esta nueva mañana, elevo mi corazón en gratitud por el don de un nuevo día. Gracias por la luz del sol que renueva la esperanza y por la vida que me has concedido, llena de posibilidades y nuevas oportunidades.
Te pido que este día esté lleno de tu presencia y tu guía. Que cada paso que dé esté en armonía con tu voluntad y que cada decisión que tome refleje tu sabiduría y amor. Ayúdame a ver con claridad en medio de las dudas y a mantener la fe cuando las dificultades se presenten.
Agradezco por la fortaleza que me das para superar cada obstáculo y por la paz que me ofreces, que es más fuerte que cualquier tormenta. Que pueda yo ser un reflejo de tu amor en cada palabra y en cada acción, extendiendo bondad y compasión a quienes me rodean.
Con esperanza y confianza en tu fidelidad, recibo este día como una bendición. Que la serenidad me acompañe y que tu alegría sea la fuerza que impulse mi jornada. Amén.
Ten fe, el amor de Dios es grande y las cosas van a mejorar. La lluvia puede ser fuerte ahora, pero no durará para siempre. Mantén la certeza de que el cielo se despejará y el sol brillará con fuerza nuevamente.