Amado Dios, en este día, te entrego con todo mi corazón y mi fe inquebrantable, no solo mi vida, sino también la vida de cada uno de los miembros de mi familia; te confío todas nuestras necesidades, nuestros sueños, nuestros miedos, y cada uno de los desafíos que enfrentamos diariamente, confiando en tu inmensa bondad y en tu infinita sabiduría para guiarnos por el camino correcto.
Te pido, Señor, que nos fortalezcas en medio de nuestras luchas, que nos des el valor necesario para enfrentar con determinación y esperanza las adversidades que se nos presentan, y que derrames sobre nosotros la sabiduría que necesitamos para tomar decisiones justas y acertadas en todo momento. Que en los momentos de debilidad, tu amor nos llene de paz y nos dé la fortaleza para seguir adelante con la confianza de que, con tu ayuda, siempre encontraremos la luz al final del túnel.
Te agradecemos, Señor, por estar siempre a nuestro lado, por sostenernos cuando más lo necesitamos, y por guiarnos hacia un futuro lleno de bendiciones. En tu nombre, pedimos que nunca nos falte tu protección, que siempre estemos rodeados de tu amor y que, sin importar las pruebas que enfrentemos, nunca perdamos la fe en que, contigo a nuestro lado, todo es posible. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.