Amado Dios, te pido con humildad que la fuerza de tu amor me permita seguir adelante en medio de las circunstancias de la vida. En este día, me encomiendo a ti con la confianza de que, aunque el camino a veces parezca incierto, tu amor es el faro que siempre me guía. Llena mi corazón de valentía para enfrentar los retos que se presenten y dame la serenidad para no perder la esperanza mientras busco aquello que anhelo con todo mi ser. Sé que en tus manos está el plan perfecto, y que cada paso que doy bajo tu mirada es un avance hacia mi propósito.
Te suplico, Señor, que hoy se abran todas las puertas que están destinadas para mí. Que los obstáculos se conviertan en oportunidades y que la claridad que tanto busco llegue a mi vida. Dame luz en la oscuridad, ilumina mis pensamientos, mis decisiones y mis acciones para que pueda avanzar con seguridad, sabiendo que tu mano me sostiene. Aunque las dificultades intenten desviarme, confío en que, con tu ayuda, encontraré la salida y las respuestas que tanto he estado esperando.
Nunca te apartes de mi vida, amado Dios. Que tu presencia siempre me acompañe y me fortalezca en cada paso que doy. Con tu amor y tu gracia, sé que puedo superar cualquier desafío, porque no hay fuerza mayor que la tuya. Llena mi corazón de paz, y que en este día pueda sentir tu cercanía más que nunca. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.