Dios está escribiendo mi historia, y en este momento me detengo a confiar plenamente en su plan perfecto. Aunque a veces pueda parecer que las respuestas tardan en llegar o que los sueños que anhelo aún están distantes, sé que todo está en sus manos y que cada capítulo de mi vida está siendo cuidadosamente trazado por su amor. Señor, hoy me entrego a Ti con total confianza, sabiendo que aunque no vea el resultado inmediato, Tú estás obrando de maneras que aún no puedo comprender. En tu tiempo, todas las cosas encontrarán su lugar, y mi vida será testimonio de tu fidelidad y gracia.
Te pido, amado Dios, que no permitas que mi fe se apague por aquello que todavía no he visto. Fortalece mi espíritu para mantenerme firme en la espera, sabiendo que lo mejor está por venir. Que cada día, aunque lleno de desafíos, sea una oportunidad para crecer en fe y esperanza. No quiero perder la confianza en tus promesas, sino caminar con la seguridad de que lo que has planeado para mí es mucho más grande de lo que puedo imaginar. Enséñame a confiar más en tus tiempos que en mis propios deseos, sabiendo que tu voluntad es siempre perfecta.
Mi gran milagro ya viene en camino, Señor, y sé que iluminará mi vida de maneras maravillosas. En el momento preciso, tu luz disipará toda duda y temor, y podré ver con claridad el propósito detrás de cada prueba y cada espera. Confío en que, así como has sido fiel en el pasado, seguirás obrando en mi vida con amor y misericordia. Con fe y gratitud, proclamo que mis mejores días están por venir y que mi historia será una muestra de tu gloria. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.