«Amado Dios, en este sábado te abro las puertas de mi hogar con humildad y gratitud, ofreciéndote un lugar especial para que tu presencia divina habite entre nosotros. Te pido que extiendas tus bendiciones sobre mi familia, que tu amor y paz llenen cada espacio de nuestro hogar y que tu luz ilumine nuestros caminos en este día y siempre.
Bendice, oh Señor, nuestro trabajo diario para que sea fuente de sustento y realización, permitiendo que cada tarea realizada sea un acto de servicio y gratitud hacia Ti. Bendice también los alimentos que compartimos en nuestra mesa, que nutren nuestros cuerpos y fortalecen nuestros lazos familiares, recordándonos tu generosidad y provisión constante.
Te imploro, Dios misericordioso, que nos protejas de las influencias negativas del enemigo y nos libres de todo mal que pueda acechar nuestro camino. Fortalécenos en nuestra fe para resistir las tentaciones y guíanos hacia decisiones que honren tu nombre y reflejen tu amor y bondad.
Que este día de sábado sea un momento de renovación espiritual, de encuentro con tu presencia sanadora y de crecimiento en nuestro vínculo contigo. Que cada miembro de mi familia se sienta amado, protegido y guiado por tu mano amorosa. Gracias por tu constante cuidado y amor incondicional. Amén.»