Gracias, amado Dios, porque fuiste mi luz, mi guía y mi compañía en este mes que hoy termina. Tu amor y gracia me han acompañado en cada momento, y tu presencia ha sido mi refugio y fortaleza.
Agradezco por las bendiciones y oportunidades que me has brindado, por los desafíos que me has ayudado a superar y por las lecciones que me has enseñado. Tu guía y protección han sido mi sostén en cada paso.
Desde ahora, pongo en tus manos mis planes para el próximo mes, por favor dame la fuerza y la sabiduría para poder realizarlos. Ayúdame a confiar en ti y a seguir tus directrices, para que puedan ser realizados según tu voluntad.
Que tu Espíritu Santo me llene de valor y me dé la capacidad para enfrentar cualquier obstáculo que se presente en mi camino. Que pueda ser un instrumento de tu amor y gracia en el mundo, y que pueda reflejar tu gloria en cada aspecto de mi vida.
Gracias, amado Dios, por ser mi refugio y mi fortaleza, por ser mi guía y mi protector. Confío en ti con todo mi corazón y alma.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.