Amado Dios, hoy despierto lleno de alegría a darte gracias por el milagro de la vida. Cada nuevo amanecer es una oportunidad que Tú me brindas para contemplar la maravilla de tu creación, sentir el viento suave en mi rostro, escuchar el canto de las aves y ver la luz del sol iluminar mi camino. Te doy gracias por el aire que respiro, por el alimento que me sustenta y por las personas que pones en mi vida, quienes me acompañan y me hacen sentir tu amor en cada gesto y palabra. Qué hermoso es poder despertar y saber que tu presencia está conmigo en cada paso que doy, que me guías y proteges con infinito amor y sabiduría.

Te doy gracias por la familia que me acompaña, por su salud y bienestar, por cada sonrisa y abrazo que compartimos. Gracias por los momentos de alegría y también por las dificultades, porque en ellas encuentro fortaleza en ti. Tú eres quien da sentido a mis luchas y quien convierte mis desafíos en oportunidades de crecimiento. Permíteme ser siempre un reflejo de tu bondad y transmitir el amor que recibo de ti a los demás. Con humildad, te pido que continúes bendiciendo mi hogar, mis seres queridos y a todas las personas que hoy están buscando consuelo en medio de sus tribulaciones.
Qué bello es vivir bajo tu protección y tu cobijo, Señor. En tus manos deposito mi vida, mis sueños y mis preocupaciones, sabiendo que Tú tienes un plan perfecto para mí. Confiado en tu voluntad, te pido que me des la sabiduría para seguir tus caminos, la paz en el corazón para aceptar lo que no puedo cambiar, y la fuerza para enfrentar cada día con fe y esperanza. Te agradezco por estar siempre a mi lado, por nunca abandonarme, y por amarme con un amor incondicional que sobrepasa todo entendimiento. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.