
Dios Todopoderoso, en este viernes 3, mi corazón se llena de gratitud hacia Ti. Te doy gracias por el amanecer que nos regalas, por el sol que calienta y por la vida que renueva cada día. Reconozco que cada instante es una bendición que proviene de tu mano generosa.
Gracias también por la salud, el amor y la protección que nos brindas. En medio de las dificultades, tu presencia es mi consuelo y mi fortaleza. Hoy, en especial, agradezco por las oportunidades que nos das, por las lecciones aprendidas y por la capacidad de seguir adelante con esperanza.
Que este día sea un reflejo de mi agradecimiento hacia Ti, Señor. Permite que mis acciones y palabras sean un testimonio de tu bondad. Te pido que bendigas a todos aquellos que me rodean, y que juntos podamos celebrar tu amor y misericordia en cada momento de este viernes. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.