Hoy, escuchemos con atención la voz de nuestro amado Dios, quien nos susurra al corazón palabras de aliento y promesa. «El triunfo puede estar más cerca de lo que tú imaginas», nos dice con amor y certeza. En medio de las pruebas y los desafíos, en los momentos de incertidumbre y fatiga, recordemos que Dios está obrando en silencio, tejiendo los hilos de nuestra historia con sabiduría divina.
Por tanto, sigamos adelante con esperanza y fe, sabiendo que cada paso que damos nos acerca un poco más a la meta, que cada esfuerzo y sacrificio no son en vano, sino semillas plantadas en el terreno fértil de nuestros sueños. Recordemos que todo lo bueno requiere un esfuerzo, pero también que en la medida en que perseveremos, cosecharemos los frutos de la victoria.
Que esta verdad nos inspire a seguir adelante con valentía y determinación, confiando en que Dios es nuestro fiel compañero de camino, aquel que nos fortalece en las batallas y nos sostiene en las caídas. Que su amor inagotable nos impulse a superar cualquier obstáculo y a alcanzar las alturas que Él ha preparado para nosotros.
Que este mensaje de aliento y esperanza resuene en nuestros corazones en este día y en todos los días por venir, recordándonos que con Dios a nuestro lado, nada es imposible y que el triunfo, aunque aún no lo veamos, está más cerca de lo que imaginamos.
Responde AMÉN si tú confías y sabes que este será un gran día.