Querido Dios,
Hoy me acerco a Ti con un corazón lleno de esperanza y gratitud por tus promesas de amor y cuidado. Agradezco por tus palabras de aliento que me infunden fuerza y confianza en este nuevo día que me has regalado.
Creo, con todo mi corazón, en tus palabras, Señor. Sé que me proteges con tu amor y tu poder divino, que me sanas con tu gracia y compasión, y que me respaldas en cada paso que doy.
Confío en que me bendices con tus dones y me prosperas con tu gracia abundante. Tus promesas son un recordatorio constante de tu generosidad y amor inagotable hacia tus hijos.
Hoy, te respondo con un firme AMÉN, como un acto de fe y confianza en tus palabras. Sé que Tú eres mi refugio seguro, mi sanador, mi protector, mi bendición y mi fuente de prosperidad.
Amado Dios, en esta sencilla oración, te agradezco por tu presencia constante en mi vida y por las promesas que sostienen mi esperanza. En tu nombre, elevo esta humilde plegaria.
Amén.