En esta noche, querido Padre,
Te agradezco de todo corazón por velar por mi bienestar durante todo el día. Ahora, al descansar, te pido que continúes protegiéndome mientras duermo. Reconozco mi vulnerabilidad en este momento de reposo, pero sé que no tengo nada que temer si estás a mi lado. Tú eres mi refugio seguro, y en tu amor y protección encuentro la paz que necesito. Gracias por cuidar siempre de nosotros.
No puedo dejar de expresar mi más sincero agradecimiento por tu constante cuidado a lo largo de este día. Cada hora transcurrida ha estado marcada por tu amor y tu protección, y por eso te doy las gracias de todo corazón. Al entrar en este período de descanso y reposo, te imploro que continúes velando por mí mientras duermo. Reconozco mi vulnerabilidad en las horas nocturnas, pero encuentro consuelo en saber que, con tu presencia, no tengo motivo para temer. Eres mi refugio seguro, el guardián de mis sueños y la fuente de mi paz.
Señor, quiero reiterar mi amor y gratitud por siempre velar por nosotros. Tu constancia en cuidar de tu creación es un testimonio de tu infinito amor. Así que, al acostarme esta noche, lo hago con la confianza de que tu amor me rodea y que estás siempre presente para protegerme. En el nombre de tu amado hijo, Jesús, te ofrezco esta oración con profundo agradecimiento. Amén.