Que el amor y las bendiciones de Dios estén contigo y tu familia. Amén.
En cada momento de nuestras vidas, deseamos sentir la cercanía del amor divino y las bendiciones que fluyen de lo alto. Que la presencia amorosa de Dios se haga palpable en cada rincón de nuestro ser y en los lazos que nos unen como familia. Anhelamos ser rodeados por su gracia y protección, sabiendo que en su abrazo encontramos paz y seguridad.

Reconocemos que el amor de Dios trasciende los límites de nuestras palabras y comprensión. En nuestra jornada diaria, buscamos ser instrumentos de su amor y canales de sus bendiciones hacia los demás. Que nuestras acciones reflejen la bondad y compasión que él nos brinda, creando así un círculo virtuoso de amor y generosidad en nuestra familia y comunidad.
En momentos de alegría y desafíos, confiamos en que el amor y las bendiciones de Dios nos guiarán y fortalecerán. Que podamos enfrentar cada día con gratitud y esperanza, sabiendo que su amor es inquebrantable y sus bendiciones son abundantes. Así, en unidad con nuestra familia espiritual y terrenal, levantamos nuestras voces para decir: ¡Amén!