Amado Dios, esta noche te doy gracias por el propósito que has dado a mi vida, un regalo hermoso que a veces he menospreciado. Reconozco que he cometido errores al no valorar lo que tengo y lo que soy, al envidiar a otros y al no apreciar tu grandeza al darme la oportunidad de existir y un propósito único.
Te pido, Señor, que me ayudes a amar y valorar todo lo que has dado, incluso cuando parezca poco a mis ojos. Enséñame a seguir Tu voluntad y a mantenerme en la dirección que has marcado para mí. Esta noche, te ruego que ilumines mi mente con tu luz y claridad, para que pueda ver tu camino y seguirlo con valentía.
Llena mi ser con la claridad de tu Espíritu Santo, permitiéndome actuar con lucidez y audacia. Gracias, Padre, por esta noche de descanso que me concedes. Descanso tranquilo, confiando en que mañana será un nuevo día lleno de oportunidades. En el nombre de tu amado hijo Jesús, Amén.