AMADO DIOS, en tus manos dejo este domingo que empieza.
Por favor bendice mi hogar, mi familia y permite que nunca nos falten salud, techo, alimento, tu compañía y tu protección, amén.
Al comenzar este nuevo día, me acerco a Ti con humildad y gratitud, reconociendo tu presencia constante en nuestras vidas. Te entrego este domingo, confiando en tu infinita bondad y en tu capacidad para guiarnos y protegernos en cada paso que damos.
Te ruego que bendigas mi hogar, ese lugar donde encuentro paz, refugio y amor. Que cada rincón de nuestra casa esté lleno de tu presencia, brindándonos seguridad y consuelo. Que nuestro hogar sea un santuario de tranquilidad y alegría, donde cada miembro de la familia pueda sentirse amado y protegido.
Bendice a mi familia, Señor, y concédenos la salud que necesitamos para vivir plenamente. Que nuestros cuerpos estén fuertes y nuestros espíritus estén llenos de vigor, permitiéndonos enfrentar cada día con energía y esperanza. Protege a cada uno de nosotros de cualquier enfermedad o mal, y bríndanos la vitalidad necesaria para cumplir con nuestras responsabilidades y disfrutar de la vida.
Te pido también que nunca nos falte un techo bajo el cual podamos reunirnos y compartir. Que nuestro hogar sea un lugar de unión y fortaleza, donde podamos construir recuerdos felices y superar juntos cualquier dificultad que se presente.
Que nunca nos falte alimento en nuestra mesa, amado Dios. Que siempre tengamos el sustento necesario para nutrir nuestros cuerpos y para compartir con aquellos que lo necesitan. Ayúdanos a ser generosos y agradecidos por todo lo que nos das, reconociendo que cada bocado es un don de tu providencia.
Pero, sobre todo, te pido que nunca nos falte tu compañía y tu protección. Que en cada momento de este día, y en todos los días por venir, podamos sentir tu amor y tu guía. Que tu presencia nos llene de paz y seguridad, y que tu protección nos resguarde de todo mal.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, amén.