Al comenzar este día, me lleno de gratitud al reconocer tu amor incondicional y tu constante presencia en mi vida. Con cada amanecer, renueva mi esperanza y fortalece mi fe, sabiendo que caminas a mi lado en cada paso del camino.
Te entrego, amado Dios, mi paz, mis ilusiones y mi destino. Confío en tu sabiduría y en tu plan perfecto para mi vida. Permíteme encontrar la paz que solo proviene de ti, y que pueda descansar seguro en el conocimiento de que estás cuidando de cada detalle de mi existencia.
Encomiendo a tus manos mis ilusiones, esos sueños y anhelos que albergo en mi corazón. Que tu voluntad se manifieste en ellos, guiándolos y dándoles vida de acuerdo a tus designios. Ayúdame a mantener viva la esperanza y la fe, sabiendo que tú eres quien cumple los deseos de aquellos que te aman.
Finalmente, te entrego mi destino, sabiendo que tú eres quien dirige mis pasos y guía mi camino. Que pueda seguir tus sendas con humildad y confianza, confiando en tu amor y en tu provisión en cada etapa de mi vida.
Gracias, amado Dios, por escuchar mis palabras y por recibir mis peticiones con amor. En ti deposito toda mi confianza y seguridad. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, amén.