Amado Dios, gracias por mi familia, por el techo que cobijó nuestro sueño y por el pan que pones cada día en nuestra mesa. Es en esos pequeños detalles donde vemos reflejado tu amor infinito y tu cuidado constante. Sabemos que todo lo que tenemos proviene de Ti, y por eso te damos las gracias de todo corazón.
Nuestra vida es dichosa gracias a Ti. Eres la fuente de nuestra alegría y fortaleza, el pilar que sostiene nuestros días y la luz que guía nuestros pasos. Por favor, danos tu bendición y nunca te apartes de nuestro lado. Sabemos que contigo todo es posible y que bajo tu protección, ningún mal nos alcanzará.
Con la fe puesta en tu bondad y tu amor, confiamos en que siempre estarás con nosotros, abriendo caminos y protegiéndonos de todo peligro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.